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Desafíos Ambientales de la Inteligencia Artificial Generativa: El Impacto en el Consumo de Agua

 

 

La rápida evolución de la inteligencia artificial generativa, encarnada en sistemas como ChatGPT, está transformando radicalmente nuestro mundo. Sin embargo, este avance tecnológico también plantea serios desafíos en términos de equilibrio entre la innovación tecnológica y la sostenibilidad ambiental.

 

Caracas, 15 de septiembre de 2023.- La inteligencia artificial, al igual que las criptomonedas, demanda una tremenda potencia de cálculo. Mientras que las criptomonedas solían aprovechar tarjetas gráficas de juegos para este propósito, la IA ahora depende de GPUs especializadas. Ambas tecnologías requieren enormes centros de datos con decenas de miles de GPUs funcionando constantemente.

 

La ejecución efectiva de modelos de inteligencia artificial, como ChatGPT, GPT-3 y GPT-4, implica una gran cantidad de cálculos que ocurren en estos vastos centros de datos. Además, el consumo de agua para refrigeración y otras tareas es exorbitante. Un estudio reciente realizado por la Universidad de Colorado Riverside y la Universidad de Texas Arlington ha estimado la cantidad de agua utilizada, necesaria para el funcionamiento de plataformas como ChatGPT.

 

Este estudio revela que garantizar el funcionamiento adecuado de estos modelos de IA implica un uso significativo de agua dulce, un recurso que enfrenta una crisis de escasez a nivel global. Mientras las principales compañías tecnológicas, como Microsoft, OpenAI y Google, buscan capitalizar la tendencia de la IA generativa, reconocen que esta creciente demanda conlleva costos considerables, tanto en términos de costosos semiconductores como en el aumento del consumo de agua.

 

La construcción de modelos de lenguaje grandes implica analizar patrones en vastas cantidades de texto escrito por humanos. Este proceso computacional consume mucha electricidad y genera un calor considerable, lo que requiere sistemas de refrigeración eficientes. Para mantener los centros de datos frescos, se necesita una cantidad considerable de agua para la refrigeración.

 

El impacto ambiental de este alto consumo de agua es significativo. Durante 2021, los centros de datos de Google en Estados Unidos consumieron 12,700 millones de litros de agua dulce para la refrigeración, de los cuales el 90% era agua potable.

 

En un contexto más específico, el proceso de entrenamiento de GPT-3 en los centros de datos de última generación de Microsoft consumió directamente 700,000 litros de agua dulce. Esta cantidad podría producir 370 autos BMW o 320 vehículos Tesla.

 

Estas cifras son alarmantes, considerando la actual crisis de disponibilidad de agua dulce en el mundo para satisfacer las necesidades básicas de la población. La huella hídrica particular de plataformas como GPT-4 solo acentúa la urgencia de abordar este desafío crítico que vincula la tecnología de vanguardia con la sostenibilidad ambiental. Es esencial buscar soluciones que equilibren el avance tecnológico con la responsabilidad hacia nuestro planeta y sus recursos limitados.

 

Editado por Caracas Digital, con información de la Web

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